Nos llama la atención como en esta primera presentación del personaje, ya nos están hablando de una mujer que sufre las secuelas de la guerra. La escena comienza con Iya teniendo uno de los tantos episodios de parálisis que sufre, a causa del cual se detonará más adelante el conflicto. Nos muestra un personaje que sufre las consecuencias de la guerra en su propio cuerpo, un grupo de mujeres acostumbradas a ello, una mujer tímida, muy alta, etc. Por todos estos motivos elegimos esta película y esta primera escena, que ya desde el comienzo nos muestra un personaje trastornado y nos introduce en un clima.

Creemos que la conjunción del arte, como la puesta de cámara e iluminación se complementan de tal forma, que hacen que la secuencia de inicio sea atrapante. La cámara retrocede en un travelling out, manteniendo al personaje en el centro, y esto nos hace imposible dejar de verla. Este se realiza mediante una cámara en mano, que junto al sonido, pensado desde una focalización interna dónde escuchamos lo que el personaje escucha, parecieran enfatizar la situación que atraviesa la protagonista: Iya se congeló otra vez.

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La imagen, teñida de un tinte cálido, juega con los verdes de su camisa y el de las lámparas, que luego de abrirse completamente (primer plano - plano medio conjunto), parecieran formar un triángulo compositivo hacia el personaje: Iya, es nuestro personaje principal, y ahora despertará.

Las compañeras de Iya que la observan congelarse una vez más, cuchichean, escondidas en el fuera de foco, pero cuando ella despierta, se acercan a la cámara y la imagen, hasta ahora movilizada por un movimiento de cámara, se llena de un movimiento interno: Iya se va, sus compañeras siguen lavando.